No tenemos la fórmula mágica para mantenernos jóvenes, pero podemos hacer mucho para que el proceso de envejecimiento sea más fácil... ¡e incluso agradable! Envejecer sin problemas pasa por tener el cuerpo y la mente sanos. Acá te dejamos algunos consejos:
La buena alimentación es la base de una buena salud
Llevar una dieta rica en antioxidantes ayuda a prevenir numerosas enfermedades, como las de origen cardiovascular, y puede frenar el envejecimiento. Los alimentos que tienen una mayor proporción de nutrientes antioxidantes son las frutas y las verduras. También los cereales (sobre todo los integrales), el aceite de oliva, los frutos secos, las legumbres y algunas hierbas y especias, como el romero, la albahaca, el perejil y la cúrcuma.
Intentá mantener al mínimo las grasas no saludables, presentes en la carne roja y la comida precocinada, ya que pueden aumentar tu nivel de colesterol. Y si no podés dejar el azúcar, trata de reducirlo al mínimo sustituyendo algunos alimentos por otros más saludables: podés cambiar el chocolate con leche por chocolate negro; o cambiar los cereales, que son fuente de azúcar, por frutas y semillas para aumentar la ingesta de fibra.
Mantenete en forma
Son tantos los beneficios que aporta el ejercicio regular que es imposible enumerarlos todos de una vez. Cuando se trata de envejecer bien, mantenerse físicamente en forma es de vital importancia; hay estudios que sugieren que incluso puede ayudar a mantener las células del cuerpo más jóvenes.
Así que salí a caminar a buen ritmo 3 veces por semana durante al menos 20 minutos para poner tu cuerpo (y tu mente) en marcha. Si preferís algo más animado, la natación, el baile o los deportes de equipo son maneras muy efectivas de hacer ejercicio aeróbico para potenciar la salud de tu corazón.
Entrená tu cerebro
Tener nuevas aficiones en la edad adulta ayuda a mantener tu cerebro activo. De hecho, hay estudios que demuestran que es una de las formas más efectivas de reducir el riesgo de desarrollar demencia senil. Ya sea aprender un nuevo idioma o a tocar el piano, buscá una actividad que te guste y sé constante. Ese compromiso periódico ayudará a formar fuertes conexiones neuronales en el cerebro que te mantendrán ágil durante los años venideros.
Protegé tu piel
Es importante ponerse protector solar siempre, de factor 30 como mínimo, para evitar que los rayos UV provoquen arrugas y, peor aún, cáncer de piel. Si usás maquillaje, lavate la cara antes de acostarte y usá algún aceite para masajear la piel y mantenerla suave y firme (el aceite de jojoba y el de coco son muy buenos y dejan la piel fresca y limpia).
Cuidarte es la clave
La falta de sueño y el estrés constante desgastan nuestro cuerpo. Asegurate de que tu espacio personal sea un santuario fresco y tranquilo, y de mantener un régimen de sueño estricto. Probá meditar para evitar el estrés agudo y buscá tiempo libre para hacer las cosas que te gustan y te relajan. ¡Tu cuerpo y tu mente te agradecerán que sigas los pasos de esta rutina!
Está claro que no podemos frenar el paso del tiempo, pero sí potenciar nuestra longevidad. Con estos consejos saludables, no solo vas a mejorar tu calidad de vida, sino que vas a lograr el equilibrio perfecto que el cuerpo y la mente necesitan.